Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la Cobertura Sanitaria Universal

Con la introducción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en 2015, todos los estados miembros de las Naciones Unidas (ONU) adoptaron un nuevo enfoque de la atención sanitaria mundial: el compromiso con la CSU para 2030, que establece que: «todas las personas y comunidades pueden utilizar los servicios sanitarios preventivos, curativos, rehabilitadores y paliativos que necesiten, de calidad suficiente para que sean eficaces, garantizando al mismo tiempo que el uso de estos servicios no exponga al usuario a dificultades económicas». En pocas palabras, la cobertura sanitaria universal defiende que nadie se quede atrás en la atención sanitaria, ni debe sufrir penurias económicas a la hora de recibir atención.

Sin embargo, el objetivo de alcanzar el compromiso mundial con la cobertura sanitaria universal para 2030 aún está muy lejos. Más de 2 mil millones de personas se enfrentan a gastos sanitarios empobrecedores en todo el mundo, mientras que 3.500 millones  no pueden acceder a los servicios sanitarios que necesitan. Estas cifras han empeorado drásticamente desde la pandemia de COVID-19. La pandemia demostró por qué la CSU es tan importante: la globalización ha hecho que cualquier brote pueda saltar fronteras y continentes con facilidad.

La Reunión de Alto Nivel se celebra en un momento crítico en el que el mundo se recupera de la pandemia de COVID-19, y se enfrenta a múltiples crisis humanitarias y climáticas. El desarrollo de políticas y objetivos más concretos nos ayudará a prepararnos para futuras catástrofes sanitarias, ya sean pandemias o catástrofes medioambientales.

Asistencia de Médicos del Mundo

Médicos del Mundo asistirá esta semana a la Reunión de Alto Nivel sobre la CSU. Garantizar el acceso universal a la atención sanitaria y a unas condiciones de vida sanas está en el ADN de la organización, que trabaja directamente con personas vulnerables excluidas de los servicios sanitarios.

En Médicos del Mundo, tenemos una perspectiva única de la realidad del acceso a la atención sanitaria y sus costes, de modo que podemos aportar evidencias para verificar los informes que los estados miembros presentan a la ONU. Al fin y al cabo, trabajamos con personas que carecen de acceso en países que formalmente han declarado la consecución de la CSU. Francia, Colombia y Georgia son sólo algunos de los países en los que trabajamos que han declarado la consecución de la CSU. Sin embargo, muchas poblaciones marginadas indígenas, migrantes, mujeres, trabajadoras del sexo, LGBTQ+ y consumidores de drogas son sólo algunos de ellos.

Debido a esta discrepancia entre lo que se informa y la situación real sobre el terreno, creemos que la cobertura sanitaria universal no es una medida suficiente del acceso real. Se necesita un lenguaje más firme y mayor compromiso para que los países rindan cuentas y avancen. Garantizar que nadie se quede atrás requiere una mayor recopilación y análisis de datos para identificar las lagunas del sistema sanitario y aplicar soluciones basadas en evidencia.

Aunque el avance hacia la cobertura sanitaria universal es importante, instamos a la Asamblea General de las Naciones Unidas a que adopte un enfoque basado en derechos, que afirma que la salud es un derecho humano fundamental y subraya que toda persona debe poder disfrutar del más alto nivel posible de salud física y mental. Además, garantiza que la atención sanitaria abarca a todas las personas, independientemente de su clase, raza, origen, estatus migratorio, sexo u orientación. Con este enfoque, podemos garantizar que con la CSU nadie se quede atrás.

Un enfoque basado en derechos reconoce el papel esencial del Estado en la creación de un sistema de salud pública inclusivo y equitativo. Todos los Estados tienen el deber de respetar, proteger y promover el derecho a la salud de todas las personas, aunque sean migrantes, refugiadas o solicitantes de asilo. También reconoce que los países deben mantener y mejorar sus políticas de salud y cooperación para reforzar el apoyo a los sistemas sanitarios de los países de ingresos bajos y medios para que puedan garantizar el derecho a la salud para todas las personas.

A través de nuestros programas observamos que hay un grupo al que con frecuencia se ignora, se subrepresenta y se deja atrás: las mujeres y las niñas. La salud y los derechos sexuales y reproductivos (SDSR) también deben incluirse dentro de la CSU. Sobre todo porque en la Constitución de la OMS no se menciona específicamente este derecho. Casi todas las mujeres (unos 4.300 millones) no tendrán acceso a (al menos) una intervención esencial de salud reproductiva a lo largo de su vida. Ahora, más que nunca, es importante que reconozcamos internacionalmente los derechos de las mujeres a acceder a una atención adaptada a ellas. Sobre todo porque cada vez hay más políticas y leyes que vigilan y controlan el cuerpo de las mujeres y sus decisiones.

La cobertura sanitaria universal es un objetivo que Médicos del Mundo apoya plenamente, siempre que pueda garantizar que nadie se quede atrás. Nos entusiasma participar en la reunión para defender los puntos mencionados y confiamos en que se logren avances para todos. La sanidad es un derecho humano fundamental, y debe ser reconocido globalmente por todos.