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¿Por qué es necesario reajustar el modelo de atención a las personas con vih?

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La atención a personas con VIH requiere un nuevo paradigma con mayor enfoque en la atención primaria.

© Ignacio Marín / Médicos del Mundo

Esencial

  • El porcentaje de personas con el VIH mayores de 50 años atendidas en hospitales ascendió del 12% en 2004 al 55,4% en 2019.
  • La atención a personas con VIH requiere un nuevo paradigma en el contexto de cronicidad actual donde la atención primaria y la cobertura sanitaria universal deben ser elementos centrales.
  • Combatir el estigma asociado al VIH aun existente es esencial para contribuir a la calidad de vida de las personas con VIH.

 

Tras la introducción y el desarrollo del tratamiento antirretroviral (TAR) y la creciente accesibilidad al mismo, la esperanza de vida de las personas con VIH ha aumentado considerablemente. En la actualidad en nuestro medio, casi el 50% de esta población tiene 50 años o más.

En este nuevo escenario, el cuidado del VIH debe ir más allá de un enfoque centrado en el TAR a uno que ofrezca un enfoque multidimensional de la persona y un abordaje multifactorial que contemple toda la complejidad sanitaria y social de estas personas.

Para garantizar el éxito de la respuesta al VIH en este nuevo modelo de cuidados, éste debe contemplar elementos transversales como lo son el enfoque de derechos, género, situación migratoria y diversidad sexual, el enfoque de determinantes sociales de la salud y el enfoque de participación comunitaria.

 

Fortalecimiento del sistema público de salud

 

Actualmente en España, la atención al VIH se encuentra fragmentada. De cara a garantizar una atención integral a las personas con VIH, se hace necesario la integración de los servicios y de la consolidación del papel de la Atención Primaria como punto focal donde puedan converger.

Para ello, debe complementarse con refuerzo en la formación VIH fuera de los profesionales de enfermedades infecciosas, no sólo para asegurar la atención médica integral de la que hablamos, sino para contribuir a crear contextos más inclusivos dentro del propio sistema. Además, para asegurar la atención en todas las esferas, debe ir acompañado de la coordinación con agentes sociales para el soporte a la persona que vive con VIH y su entorno.

Todo esto no será posible sin un sistema público de salud robusto, que pueda ofrecer un seguimiento regular y una gestión integral de la enfermedad y que garantice el acceso equitativo a sus servicios, que sólo podrá conseguirse con una cobertura sanitaria universal.

 

Acceso y derecho a la salud

 

El VIH-SIDA es una de las enfermedades crónicas en las que se reflejan mayores desigualdades sociales y en las que se ha evidenciado una diferente utilización de los servicios sanitarios en función de las características socioeconómicas.

No podemos obviar que la infección por VIH está claramente influida por factores sociales. Por ello, adoptar las medidas adecuadas en el contexto de los determinantes sociales de la salud es un reto fundamental. Debemos entender los determinantes sociales y estructurales que afectan negativamente a las personas con VIH y ser capaces de identificar a las personas de mayor riesgo para centrar los esfuerzos y adaptarlos a las necesidades específicas.

La universalización de la atención sanitaria supone una oportunidad fundamental para acercarla a personas en situación de desigualdad y vulnerabilidad social.

 

Estigma y discriminación

 

En todas estas desigualdades sociales influye de forma transversal y destacada el estigma asociado con el VIH, que tiene un notable impacto en la calidad de vida de las personas con VIH. Puede llegar a afectar profundamente su salud mental o introducir barreras para su participación en la asistencia que reciben o en la vida comunitaria.

Por eso, el modelo de atención a la cronicidad en personas con VIH debe ir más allá del sistema sanitario debe ser intersectorial y que no sólo incluya a los profesionales de la atención sanitaria o social, sino a la población general para contribuir a la lucha contra el estigma. Sólo desde una concepción amplia, más allá del estado de salud, se podrá alcanzar el bienestar integral de las personas que viven con VIH.

Este artículo se encuadra en el marco del proyecto "Prevención de la infección por VIH/SIDA y otras ITS en colectivos de personas de especial vulnerabilidad" subvencionado dentro de los programas de prevención y control de la infección por VIH y el SIDA para el año 2023.