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“Apoyamos un sistema de salud colapsado”

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El sistema de salud ucraniano está colapsado, por eso la prioridad de Médicos del Mundo es dotar de suministros médicos a los hospitales más afectados.

© Médicos del Mundo

Jesús Cruz, coordinador de la emergencia en Ucrania de Médicos del Mundo explica que el sistema de salud ucraniano está colapsado. Nuestra prioridad en el país es dotar de suministros médicos a los hospitales más afectados.

Según la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), ya son más de 3 millones las personas que han cruzado las fronteras de Ucrania a países como Polonia, Rumanía, Moldavia o Georgia, huyendo del conflicto armado.

La crisis humanitaria en Ucrania no ha hecho más que empezar, tal y como ha advertido Naciones Unidas. Se calcula que el conflicto puede llevar a unos 4 millones de personas a pedir refugio fuera del país, mientras que, dentro de Ucrania, millones más se verán obligadas a desplazarse para huir de la violencia.

«Esta noche viajamos a Budapest, donde no conocemos a nadie”

World Visión lleva varias semanas trabajando sobre el terreno ayudando a personas como Katy, una adolescente de 16 años que ha abandonado su país y que no sabe cuándo volverá. Al igual que la mayoría de las personas que huyen de Ucrania, Katy solo ha podido llevarse consigo una maleta y unas bolsas de mano. Espera sola, mientras su madre hace una larga cola para comprar los billetes de tren. «Esta noche viajamos a Budapest, donde no conocemos a nadie. Nos hubiese gustado ir a Estados Unidos, pero el billete es demasiado caro».

Desde World Vision también se está ayudando a los hospitales del sur del país. Es el caso de Olga y su hijo pequeño David. Olga abandonó Kiev con su hijo, de poco más de un año, y unos amigos con los que compartieron coche. A lo largo del camino David empezó a encontrarse mal, debido a las condiciones de frío y nieve. Ahora se encuentran en un hospital al sur de Ucrania. “Llevamos aquí tres días, empezamos a oír bombardeos y decidimos abandonar nuestro hogar. Hemos estado escondidos en refugios antiaéreos, pero ante el empeoramiento de David decidimos venir aquí donde estamos siendo atendidos”, añade Olga.

“Quiero que todo el mundo sepa que estamos en el infierno”

Darya Kasyanova, directora nacional de Desarrollo de Programas de Aldeas Infantiles SOS Ucrania, explica angustiada la situación que vive Ucrania y los esfuerzos que están realizando para evacuar a los casi cuatro millones de niños y niñas que viven en regiones que ahora son zona riesgo.

Dentro de estas regiones, en torno a 1,5 millones de niños y niñas viven en ciudades y pueblos que están bloqueados en este momento, como Irpin, Mariupol, Bucha, Hostomel, Stanytsia Luhanska, Sievierodonetsk, Starobilsk, Popasna y otros.

Algunas organizaciones han logrado evacuarlos al oeste de Ucrania, pero actualmente es más complicado. “Desde Aldeas Infantiles SOS supervisamos constantemente la situación de los niños y niñas en instituciones residenciales de Ucrania. En un solo día logramos sacar a alrededor de 150 niños de hasta 3 años de cuatro hogares para bebés en Járkov. El personal que los atendía no quería irse y la evacuación de los menores sin ellos es ilegal. Estuvimos persuadiéndolos durante tres días y finalmente lo logramos”, asegura Darya, que añade: “Quiero que todo el mundo sepa que estamos en el infierno”.

Además, señala que “las personas en el terreno que apoyan las evacuaciones están arriesgando sus propias vidas porque trabajan en las zonas de riesgo y a menudo las marchas se realizan durante los tiroteos. Hay que elegir entre riesgos, o bien quedarse aislado sin electricidad, calefacción o medicamentos, o  salir de allí con el riesgo que eso conlleva”.

“Apoyamos  un sistema de salud colapsado”

“El sistema de salud ucraniano está colapsado. Por un lado, han aumentado las necesidades de salud de la población debido a la guerra y, por otro, se han caído las líneas de suministro. No hay que olvidar que se trata de una guerra de asedio a ciudades lo que está dejando a los hospitales sin acceso a insumos médicos”, describe Jesús Cruz, coordinador de emergencia de Médicos del Mundo en Ucrania. Es por ello que una de las principales prioridades de la ONG en Ucrania es dotar de suministro a los hospitales de todo el país y abrir un corredor humanitario para la entrega de medicamentos.

Desde Chernovtsi, ciudad al sureste de Ucrania, Cruz dirige a un centenar de personas, expatriadas y locales, que se encuentran distribuidas por todo el país. Desde ahí la ayuda humanitaria se distribuye en coordinación con las autoridades de la región y las autoridades sanitarias locales. “Estamos en estrecho contacto con las autoridades sanitarias y el sistema de salud de los oblast de Luhansk y Donetsk y Dnipro, pero nos iremos expandiendo en toda Ucrania para atender las necesidades sanitarias que se multiplican en todo el país».

“Fue una pesadilla angustiosa e interminable”

Plan International, que cuenta con misiones en Polonia, Rumanía y Moldavia para conocer de primera mano las necesidades más urgentes de las personas desplazadas, entre ellas la familia de Anna, una niña que ha tenido que huir de su país por el conflicto rumbo a Rumanía junto a su madre y su abuela. En la actualidad Anna ha dejado de hablar tras ser testigo de las explosiones y la muerte en Odessa, escenas que una niña jamás debería presenciar.

“Ha sido una pesadilla angustiosa e interminable”, dice Sofía, su madre, refiriéndose al viaje para dejar atrás su país. Una familia con tres generaciones que han vivido los desplazamientos por diversas guerras y conflictos. Ahora, con el último conflicto han salido de Odessa y aseguran que “la vida tiene que continuar”.

‘Solo quiero proteger a mi bebé’

Desde que se inició el conflicto, Educo, miembro de la Alianza ChildFund, apoya a más de 2.000 niños y niñas que viven en Ucrania, la mitad de ellos en Kíev, pero también en ciudades como Mairúpol o Leópolis. La situación que vive la población se complica por momentos y los equipos en el terreno aseguran que aumenta la escasez de productos de primera necesidad.

Vitalya y su hijo de año y medio, Avdey, han tenido que huir rápido para no ser víctimasde la violencia que está sufriendo el país. “Hemos tenido que dejar nuestro apartamento y solo nos hemos podido llevar lo más básico. Es muy triste”, explica Vitalya ahora en Kiev. Su caso es el mismo que el de Eva y su madre, Julia. Ambas viven en Zaporiyia y prácticamente cada día van a dormir al refugio antiaéreo. “Como cualquier otra madre, solo quiero proteger a mi bebé”, dice Julia.

Otros niños ayudados por Educo, viven las consecuencias de esta guerra. Timur, de 9 años, intenta que su vida sea lo más normal posible en el refugio  y comenta “siempre llevo un libro conmigo. Cuando leo, no tengo tanto miedo”. A Masha, de 11 años, le da seguridad estar con su gata, Safira. A pesar de que está con fiebre, hace todo lo posible por cuidar de su mascota. “No me iré a ningún sitio sin Safira”, dice Masha.