La vulnerabilidad además de un terremoto
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Apoyamos a los grupos vulnerables marroquíes aún más afectados tras el terremoto.
No se afronta una emergencia de la misma manera si tienes recursos o si estás en una situación vulnerable. Han pasado casi siete semanas desde que la tierra temblara en Marruecos y la situación sigue siendo muy difícil, sobre todo para ciertos grupos de personas que ya vivían una situación vulnerable.
«Personas en situación de prostitución, migrantes, consumidores de drogas e inyectables, hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, presos, etc. Las distintas comunidades con las que trabajamos se han visto aún más afectadas por el terremoto, puesto que ya acumulaban una serie de vulnerabilidades antes del seísmo», explica Mouna Balil, directora de la Asociación de Lucha contra el Sida en Marruecos (ALCS), con quien trabaja Médicos del Mundo.
La mayoría de estas personas, sobre todo mujeres, viven en barrios gravemente afectados por la catástrofe. Han perdido sus casas y sus posesiones. También han sido señaladas: algunas personas creen, por supuesto erróneamente, que el terremoto fue el resultado del comportamiento de los miembros de estas comunidades, que consideran desviado.
“El terremoto ha aumentado enormemente la vulnerabilidad de estas comunidades y corre el riesgo de acentuar las desigualdades que alimentan la epidemia de VIH. La asociación está trabajando para apoyarles proporcionándoles artículos de primera necesidad y apoyo psicosocial”, explica Mouna Balil.
Casi tres mil personas fallecieron el pasado día 8 de septiembre a causa del terremoto registrado en Marruecos, de 6,8 grados en la escala de Richter, y cuyo epicentro se ubicó en la cordillera del Alto Atlas, a unos 72 kilómetros al suroeste de Marrakech. Se trata de una ciudad de 840.000 habitantes y cuyo centro y suburbios fueron arrasados. Igualmente sufrieron daños muy graves poblaciones ubicadas en la base de las montañas del Atlas.
Desde hace diez años, Médicos del Mundo colabora con la ALCS (Asociación de Lucha contra el Sida) en proyectos destinados a garantizar el acceso a la protección y a la atención sanitaria de las personas en situación de vulnerabilidad. Ahora esta colaboración se ha reforzado tras el terremoto.
Entre las medidas adoptadas tras la catástrofe se movilizaron a los trabajadores para que contactaran con las personas con las que no se podía comunicar por teléfono, al tiempo que se transfirieron fondos de emergencia a las secciones de Marrakech, Taroudant y Agadir para la compra de cestas de alimentos y artículos de primera necesidad.
Además, se han ampliado los horarios de apertura y se ha puesto en marcha una línea telefónica de ayuda los fines de semana. «Nuestros equipos psicológicos se han reforzado para ofrecer apoyo psicosocial a las personas afectadas por el terremoto», precisa la técnica. Los mediadores de la ALCS han trabajado con personas que viven con el VIH, en particular con aquellas que perdieron su medicación durante el terremoto, para evaluar sus necesidades en términos de antirretrovirales (ARV).
Es importante destacar que las personas que viven con el VIH o que son especialmente vulnerables a la infección por este virus no son simples beneficiarios de los servicios de la asociación, sino actores de la lucha contra el VIH y de la transformación social.
