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Por el derecho a la salud sexual y reproductiva en Mauritania

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En Mauritania muchos problemas de salud están ligados a la situación de pobreza, exclusión y desigualdad.

© Bechir Malum

En Mauritania muchos problemas de salud están ligados a la situación de pobreza y exclusión, con la desigualdad e inequidad en el acceso a los servicios sanitarios y con factores determinantes de la salud. Con 4,5 millones de habitantes, la tasa de mortalidad materna es de 582 por 100.000 nacimientos vivos, es decir, casi 2 mujeres al día, y la mortalidad de menores de cinco años se eleva a 72 muertes por cada 1.000 nacidos vivos. El 36% de las mujeres no tiene acceso a un parto asistido de calidad, un 85,5% no consigue asistir a cuatro consultas prenatales y solo un 9,7% tiene acceso a la planificación familiar, según datos del Ministerio de Salud de Mauritania del 2018.

Todo ello es debe, entre otras causas, a un acceso escaso a los servicios de salud, porque más de un tercio de la población vive a más de 5 kilómetros de un centro de atención primaria. También influyen las normas socioculturales y malas interpretaciones del islam que favorecen prácticas de riesgo que atentan contra los derechos humanos y la salud de las niñas y las mujeres del país: matrimonio infantil, embarazo precoz, mutilación genital femenina, violencia conyugal y agresiones sexuales.

La República Islámica de Mauritania se sitúa en la costa occidental del continente donde coexisten cuatro comunidades principales (soninkés, peules, haratines, beduinos y wolofs), conformando así un país multicultural. Forma parte del grupo de países con bajo Índice de Desarrollo Humano (IDH, 2018) al ocupar el puesto 159, y el 147 sobre un total de 189, según el indicador de género. La esperanza de vida es de 63,4 años y la tasa de fecundidad de 4,6 nacimientos por mujer.

Médicos del Mundo está presente en Mauritania desde 1991 apoyando al Ministerio de Salud, a las organizaciones de la sociedad civil y a la población. Nuestra meta es conseguir el derecho a la salud de las poblaciones más excluidas debido a la falta de equidad en el acceso por motivos económicos, geográficos, falta de información y de disponibilidad de recursos sanitarios humanos y materiales en el sistema sanitario del país. Nuestro trabajo en el país persigue tres grandes objetivos:

  • Asegurar el derecho a la salud de los niños y las niñas evitando las muertes por enfermedades con curación. A través de los programas de salud infantil, en 43 áreas de salud se asegura el acceso y la calidad de la atención de las enfermedades que más afectan a los niños y niñas menores de 5 años, reforzando la vacunación, el seguimiento del menor sano, las insuficiencias respiratorias agudas, las diarreas y disenterías, el paludismo y la malnutrición infantil.
    Trabajamos en 30 centros de atención primaria en Guidimaka y en 11 en Nuakchot, y en dos hospitales. Además, las clínicas móviles se acercan a las poblaciones alejadas que no tienen acceso a los servicios básicos de salud, prestando servicios y medicamentos de calidad.
  • Asegurar el derecho a la salud a través de programas de salud sexual y reproductiva para adolescentes y mujeres. Con estos programas trabajamos en 30 áreas de salud. Existen graves barreras que impiden a las personas desarrollar plenamente su sexualidad y su reproducción, no solamente por motivos económicos, sino también por cuestiones culturales, religiosas e ideológicas fuertemente enraizadas en la identidad de las personas y en el ámbito social al que pertenecen.
    Nuestros programas intentan ofrecer a las mujeres una maternidad segura y servicios de información y planificación familiar para prevenir las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), para que puedan decidir libre y responsablemente el número y espaciamiento de sus hijos y para disponer de la información, la educación y los medios para ello.
    En cuanto a los adolescentes, en las estructuras públicas de salud se han creado centros para la escucha, permitiendo romper el silencio alrededor de las cuestiones de salud sexual y reproductiva y transmitirles información sobre las ITS, planificación familiar y otros asuntos como la violencia de género y las toxicomanías.
    Esto significa incidir en los planes de desarrollo sanitarios, reforzar las competencias del personal sanitario y acompañar el cambio de comportamiento a través de la sensibilización de líderes comunitarios y religiosos.
  • Asegurar la escucha y la protección de las mujeres y las niñas víctimas de violencia de género. Nuestra organización es un actor fundamental en la lucha contra la violencia de género, tratamos principalmente las agresiones sexuales, la mutilación genital femenina, el matrimonio infantil, así como la violencia conyugal.
    La violencia de género constituye una de las manifestaciones más duras y crueles de la desigualdad.
    Trabajamos la protección social desde una perspectiva global, dando apoyo médico, psicológico, jurídico y judicial a las supervivientes. Hemos atendido a más de 1.200 víctimas, el 82,3% menores de edad.
    Asimismo, incidimos a nivel central, regional y comunal a través de la identificación y recogida de datos, la investigación y la participación activa en las reuniones multisectoriales y plataformas, los centros de escucha de adolescentes, las estrategias de sensibilización en los colegios públicos y en la comunidad.
    La formación del personal sanitario, policial, de la guardia civil y de líderes comunitarios y religiosos permite identificar los casos de violencia de género para que sean tratados en las unidades especiales de atención creadas en 2017. También llevamos a cabo estrategias de educación, sensibilización e información para cambiar el comportamiento en las personas, incidiendo en las desigualdades de género como un obstáculo para el cumplimiento de los derechos individuales.
    Actualmente contamos con dos unidades especiales de atención en los centros hospitalarios de Nuakchot y Guidimakha. Se trata del avance más importante y significativo para las supervivientes de la violencia de género en el país en los últimos años. En 2020 se creará una tercera en Nuadibú.
    Hemos puesto en marcha «Alach ÇA?», una importante campaña nacional de comunicación sobre la salud sexual y reproductiva y contra la violencia de género bajo un mensaje que intente no culpabilizar, sino que haga reflexionar a las personas de ‘el por qué’ de esta violencia.

Seguiremos trabajando donde nuestro apoyo sea necesario para construir una sociedad más justa en la que cada persona pueda vivir con dignidad, ejercer su derecho a la salud y decidir libre y responsablemente sin coerción, discriminación ni violencia.

Esta labor y los avances conseguidos, presentes y futuros, son posibles gracias a nuestros financiadores: organismos españoles (Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo, Agencia Extremeña de Cooperación Internacional para el Desarrollo, Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, Ayuntamiento de Toledo), Unión Europea, Embajada de Francia, UNICEF y, sobre todo, gracias a todas las personas que en España y en el mundo apoyan nuestra acción de forma voluntaria y altruista.